BARRERAS PARA LA COMUNICACIÓN
Los obstáculos físicos habituales para la buena comunicación incluyen sordera, ambiente ruidoso, dificultades del habla, visión deficiente y escasa capacidad cognitiva.
Los obstáculos emocionales consisten en agresividad, miedo, prejuicios y amenazas.
El razonamiento defectuoso y la mala expresión de los mensajes constituyen importantes obstáculos para la comunicación, es habitual la falta de claridad y precisión originada por vocabulario inadecuado, mala elección de las palabras, lugares comunes, jerga, deficiente estructura de las frases, mala organización de las ideas y falta de coherencia. Hablar con demasiada rapidez o lentitud, balbucear las palabras y no destacar los puntos importantes conduce a la transmisión defectuosa de las ideas. La discusión, la acusación, las interrupciones, llamar por el nombre (si no es adecuado) y las amenazas, crean barreras psicológicas; y las creencias, los valores, los prejuicios, los celos y los miedos pueden crear barreras personales.
Percepción selectiva
Las personas utilizan inconscientemente la percepción selectiva para oír lo que desean oír de acuerdo con sus prejuicios. Los valores, las actitudes y las asunciones afectan a la percepción del mensaje. Establecer un juicio de valor sobre el contenido del mensaje, basado en la opinión que se tiene del emisor o en el significado esperado del mensaje, hace que el receptor oiga lo que desea oír. Una actitud es un sentimiento hacia alguien o hacia alguna cosa basado en la experiencia o en la falta de experiencia, y representa un obstáculo habitual para la comunicación, debido a su efecto de filtrado (Maguire, 2002).
Diferencias entre sexos
Tannen (2001) indica que las mujeres hablan mucho de sus problemas, mientras que los hombres desean solucionarlos o los toman a broma. Las mujeres se relacionan, mientras que los hombres informan. Las mujeres tienden a ser más habladoras que los hombres, inician el turno con una conversación, interrumpen con mayor frecuencia con otros comentarios, preguntan más, mantienen la conversación viva y usan un vocabulario más amplio.
Gray (1992) señaló que los hombres desean razonar, mientras que las mujeres desean ser oídas y recibir aprobación. En situaciones de estrés, los hombres tienden a ofuscarse y retraerse, mientras que las mujeres tienden a participar emocionalmente y a sentirse abrumadas. Las mujeres tienen dificultad para proporcionar apoyo a un hombre que no habla, mientras que los hombres tienen dificultad para escuchar a las mujeres sin darles consejos.
Se han identificado cuatro estilos de comunicación verbal entre los sexos (DeYoung, 2003):
1. Estilo directo frente a indirecto. Los hombres se caracterizan como relativamente directos, francos, claros y honestos, y las mujeres se caracterizan como relativamente indirectas, ambiguas, diplomáticas y con tendencia a salvar las apariencias.
2. Estilo sucinto frente a elaborado. Los hombres se caracterizan como sucintos, con tendencia a usar frases elípticas («frases de película»), mientras que las mujeres son más elaboradas y usan metáforas, símiles y expresiones floridas.
3. Estilo personal frente a contextual. Los hombres usan
el estilo contextual centrado en el rol, y las mujeres
usan el estilo personal que destaca la igualdad.
4. Estilo instrumental o técnico frente al afectivo. Los hombres utilizan el estilo instrumental con referencia a la calidad, y las mujeres emplean el estilo afectivo enfocado en las emociones de las personas.
Diferencias culturales
La cultura es un patrón aprendido de creencias, costumbres, lenguaje, normas y valores compartidos por un grupo de personas. La forma como se expresa este patrón aprendido de conductas distingue a unas culturas de otras. La comunicación transcultural conlleva respeto, tolerancia y actitudes sin prejuicios hacia personas con diferentes comportamientos, actitudes y valores; el conocimiento de otras culturas y tener sensibilidad hacia las diferencias culturales.
La comunicación transcultural se produce cuando alguien de una cultura entiende correctamente un mensaje enviado por alguien de otra cultura. La mala comunicación entre culturas aparece cuando alguien de la segunda cultura interpreta erróneamente el mensaje del emisor.
Cuanto mayores son las diferencias culturales, más grandes son las dificultades para la comunicación y mayor la probabilidad de que el mensaje enviado no sea igual que el mensaje recibido. Conforme se comparten actitudes, comportamientos y valores, las personas cambian y el proceso cultural continúa (LeBaron, 2003).
Nuestras voces revelan el lugar de nacimiento, el fondo geográfico, el sexo, la edad, el nivel de instrucción el estado emocional y la relación con otros. El lenguaje verbal incluye no sólo palabras sino también paralenguaje, como acento regional, tono, entonación, emoción, vacilación, etc. La forma como consideramos a otros está influenciado por lo que oímos en sus voces.
La cara está considerada como el órgano de la emoción. Transmite comunicación no verbal. Las emociones de ira, disgusto, miedo, tristeza y sorpresa se expresan de formas similares en las distintas culturas. La cara también proporciona indicios de la herencia, la región, la edad y el humor, además de las emociones. Aunque se debe ser sensible a las comunicaciones tanto verbales como no verbales, hay que tener cuidado para no malinterpretarlas (LeBaron, 2003; University of California, Nonverbal Communication Series, 2007).
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